Pueblos Mágicos Zacatlán de las Manzanas

Encaramado a lo más alto de la Barranca de los Jilgueros, Zacatlán se rodea de bosques cubiertos de niebla, fértiles campos sembrados de árboles frutales y valles donde las rocas desafían a la gravedad. Un Pueblo Mágico de sobria belleza, alejado de ostentación, orgulloso de su herencia.

Junto al antiguo convento Franciscano, un San Pablo indígena acompaña a San Pedro mientras la gente pasea por amplios jardines y bulliciosos portales. Alrededor: las grandes casonas de antaño con sus ventanas enrejadas y cuidados balcones, puertas de grandes aldabas, fachadas que compiten en encanto y protectores aleros.

Gris cantera, rojo y blanco, madera y fierro. El agradable paseo culmina en una plazuela, sentados en una terraza soleada tomando la exquisita sidra. El pueblo donde parece que el tiempo se detuvo observa, sin embargo, atento el paso de las horas. 

Honran la tradición relojera de este pintoresco Pueblo Mágico el gran reloj floral en la plaza y los autómatas en la fachada de Centenario. Con las últimas campanadas, la niebla vuelve a envolverlo todo en un aura mágica y en las noches de fiesta la gran plaza se transforma en un espectáculo de danzas, música y pirotecnia.

El Valle de las Piedras Encimadas está salpicado de rocas que forman figuras de 10 a 20 metros de altura y que parecen mantenerse en un extraño equilibrio. Se cree que dichas formas fueron causadas por la erosión de la piedra caliza, resultado de la lluvia y el viento. El recorrido por el valle avanza entre estas curiosas formaciones rocosas dispersas entre la vegetación. El valle puede visitarse a pie, a caballo o en bicicleta de montaña. Al final del recorrido se recomienda visitar la cascada.

En el valle se pueden realizar actividades como caminata, rappel, montar a caballo y bicicleta de montaña; también hay palapas disponibles para pasar el día. Los fines de semana, cuando el valle está más concurrido, funciona una plaza gastronómica donde se venden platillos típicos de la región como los nopales asados, carne a las brasas, caldos o dulces. También tiene una tienda de artesanías y recuerdos. En el valle es posible acampar ya que hay cabañas turísticas en las inmediaciones.

 

Zacatlán se encuentra encaramado en lo alto de un cerro, que desciende abruptamente hasta el río en la llamada Barranca de los Jilgueros. Desde el pueblo, un agradable paseo ofrece excelentes miradores sobre la barranca, la cascada Las Tres Marías y las selvas tropicales que rodean al río Ajalpan. Además, se pueden explorar ruinas prehispánicas y observar un monolito con una huella grabada, que data de más de un millón de años.

La Barranca de los Jilgueros se encuentra a pocas cuadras del centro urbano, rodeando la ciudad.

Vinos de Jicolapa

Jicolapa lleva por nombre el pueblo considerado como la cuna de los vinos de Zacatlán, donde son elaborados de manera artesanal sin utilizar ningún tipo de maquinaria. Se cuenta con una gran variedad de sabores: manzana, toronjil, pera, ciruela, capulín, tejocote, membrillo, durazno, zarzamora, canela, anís, etc.

Sidra

La sidra es una de las bebidas tradicionales y más famosas de Zacatlán, por su gran calidad y sabor. Está elaborada con manzana cosechada en este municipio. Se puede encontrar en diferentes tipos, marcas y sabores.

Informes:

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